La
familia tiene un origen Divino, por
tanto esta fundada en el amor y llamada al amor para formar una comunidad de
personas, donde se viva la generosidad
tanto de padres como de los hijos buscando que puedan cumplir su misión y vocación.
Todos
los miembros de la familia están invitados a construir día a día una comunidad
de vida y amor, haciendo de la familia
“una escuela de la humanidad más completa y más rica” donde cada uno se
desarrolla como persona y permite que los demás también lo hagan.
De ahí la importancia de vivir en unidad y
donación que se refleja en la relación de esposos, entre padres e hijos y entre los hermanos;
es en ella donde se comparten experiencias, sueños, metas, alegrías y sufrimientos.
Construir
un proyecto de vida en familia, requiere invitar a Dios a nuestras vidas, practicar la
caridad, la fe, la oración familiar;
descubrir la importancia de llevar una vida que dé testimonio con
nuestro actuar.
Igualmente,
necesita sacrificio, aceptación, tolerancia, ayuda mutua, servicio y donación
entre sus miembros para lograr un sentido de unidad, donde se busque el bien común y se esté libre de egoísmo e
indiferencia.
En
la vida familiar, es fundamental tomar
la decisión de amar, de caminar juntos, de estar abiertos al dialogo, al perdón
y la reconciliación, buscando que nuestra familia sea siempre una viva representación
del amor y la misericordia del Señor para que de esta manera aportamos desde
nuestro propio hogar a un mundo más justo y humano.
Reflexión
¿Tengo claro mi
proyecto de vida familiar?
¿Qué lugar ocupa Dios
en nuestro hogar?
¿Mi familia vive en
sentido de unidad y donación?
¿Puede la familia
aportar al cambio social?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias, por tu aporte.