(FAMILIA GUTIÉRREZ
MUÑETÓN)
En nuestro caminar juntos en
la vida matrimonial, hemos aprendido que el perdón alimenta el amor y que
también es una decisión, sólo cuando en intimidad con Dios invocamos su ayuda y
la iluminación de su Espíritu Santo, podemos lograr ese perdón desde el fondo
del alma; acción que nos permitirá recordar aquella situación que nos causó
daño sin dolor y además transformarla en una oportunidad para amar más.