domingo, 10 de marzo de 2013

Jornada del Niño por Nacer



DÍA DEL NIÑO POR NACER
2013

“Tú me tejiste en el vientre de mi madre”  (Salmo 139, 13)

Programa radial: Click para escuchar   Mi embrión tus ojos lo veían


OBJETIVO GENERAL:

Sensibilizar la población de la Diócesis Sonsón Rionegro,  sobre el respeto y dignidad de la vida humana desde el momento de la concepción, a partir de la celebración del día mundial del niño por nacer, promoviendo la cultura de la vida en nuestra comunidad.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

Generar conciencia  en la comunidad de la Diócesis Sonsón Rionegro,  sobre el valor y dignidad que posee la vida gestante para la humanidad.
Motivar jornadas de oración  a favor de la madre gestante y  el niño por nacer, reconociéndolos  como un don de Dios, de manera que se tome conciencia sobre el valor de la vida y la responsabilidad que todos tenemos para amarla y defenderla.
Reflexionar sobre el rol de la familia y la iglesia en la defensa de la vida humana y en el acompañamiento a las madres gestantes, especialmente con aquellas que se encuentran en situaciones difíciles por un embarazo inesperado.

PRESENTACIÓN

La defensa de la vida humana debe ser un compromiso permanente, incansable y renovado,  hoy estamos llamados a transmitir la voz sobre el valor sagrado de la vida, es en ella donde se fundamenta la dignidad de la persona y donde se fortalece la humanidad.

La Delegación de Pastoral Familiar, quiere animar la comunidad y especialmente la familia: “Santuario de la vida”, para que con amor y  alegría acoja la fragilidad del niño por nacer y que esta celebración sea una oportunidad para  reflexionar sobre la vida humana, principalmente la vida gestante; ese misterio que inicia desde el momento de la concepción, cuando Dios dirige su mirada en el nuevo ser.

Nuestro compromiso con la vida, no puede depender de fallos políticos o discursos que degradan su valor;  nuestro trabajo debe ser firme y constante, proponiendo y desarrollando acciones claras, uniéndonos en oración, articulando esfuerzos para sensibilizar la comunidad y brindar apoyo  a las  madres gestantes que se encuentran en situaciones difíciles.

Este año reflexionaremos sobre el interrogante: “¿Somos la primera especie en vía de extinción?”, para detenernos a pensar en la mentalidad que se extiende en el mundo, donde se rechaza la maternidad y se promueve legislaciones y actos  contra la vida humana. Sin embargo estamos llamados a ser luz  en la oscuridad y  portadores de la verdad y el amor.

El presente folleto pretende brindar una iluminación para la celebración del día del niño por nacer, resaltando que el respeto y la defensa por la vida humana es una labor constante y un deber de todo cristiano.

Que el Señor nos ilumine y guie nuestro trabajo en favor de la cultura de la vida en nuestra comunidad.

Delegación de Pastoral Familiar


“Porque Tú mis entrañas has formado” (Sal139/138, 13): La dignidad del niño aún no nacido

El don de la vida humana inicia en el momento de la concepción, aún con su fragilidad en ella está presente la Palabra de Dios. El Evangelio de la vida es una realidad que anuncia la persona de Jesús, que ha venido para hacernos partícipes de la salvación.

El valor de la vida humana es grande, lleno de significado y esperanza, custodiado celosamente por las manos del Padre, su dignidad se da por la exclusividad que le corresponde, por compartir con el Creador una parte de sí, cualidades espirituales, libertad y capacidad de amar;  por tal motivo,  “la vida transmitida tiene su origen en Dios, como atestiguan tantas páginas bíblicas que con respeto y amor hablan de la concepción, de la formación de la vida en el seno materno, del nacimiento y del  estrecho vínculo que hay entre el momento inicial de la existencia y la acción del Dios Creador”., como cristianos estamos llamados a defenderla, amarla y respetarla, especialmente cuando es inocente e indefensa.

La vida es siempre un bien, es única, original y diversa, en las sagrada escritura esta dicho: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenia consagrado” (Jr 1,5), con ello reconocemos que toda vida es un proyecto Divino, donde Dios actúa y no es posible que el hombre intervenga y acabe con la acción del Creador,  actuando de acuerdo a intereses egoístas o utilitarios, restando valor, importancia y significado a la vida, por estar en sus primeras horas, días o meses de existencia.

Desde el momento de la concepción, indiscutiblemente se celebra la vida, en ese acontecimiento extraordinario se fundamenta la dignidad de la persona, donde la gloria de Dios se refleja en la vida de cada persona.

Reflexión:

¿Qué significado tiene para mí la vida humana?

¿Cómo reconozco a Dios en el misterio de la vida?

¿Cuál vida considero tiene mayor valor?
¿Qué puedo hacer en mi comunidad para acoger y proteger la vida gestante desde el momento de la concepción?


Oración por la vida

Por S.S. Juan Pablo II

Oh, María aurora del mundo nuevo. Madre de los vivientes a Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.
Del Evangelio de la Vida, dado en Roma, junto a San Pedro, el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, del año 1995.

Tomado de: http://www.vidahumana.org/vidafam/iglesia/porlavida.html

 
Bendición de las madres gestantes y del niño por nacer
“Señor, que renuevas el mundo y el universo entero por la acción de tu Espíritu, concede a estas hijas tuyas  la ayuda de tus auxilios Divinos, haz que tu bendición se derrame sobre ellas y sobre sus hijos creados por tu amor.
Santifica con tu presencia los vientres que llevan la vida que tu iniciaste y sopla en cada niño y niña que viene en camino el aliento de tu poder.
Consagra el vientre de cada una de estas madres como santuario abierto al milagro de la vida, acompaña en su desarrollo a cada uno de estos tus hijos y protégelos de todo mal.
Haz que sientan en lo profundo de las entrañas de sus madres, tu mirada amorosa, tu protección solícita, tu cuidado paternal.
Concede a estas mamás postradas en tu presencia gozar de salud de alma y cuerpo para que no sólo vean nacer a sus hijos, sino que también los puedan ver crecer hasta el final de sus días.
Sean espejo de tu amor de Padre, y reflejo de tu maternidad cercana a los hombres.
Dales entrañas de misericordia y un rostro idéntico al tuyo para que sus hijos al abrir sus ojos por vez primera, puedan contemplarte en ellas Padre Bueno.
Imprime en su alma la fortaleza para resistir las pruebas, valor para no declinar ante el desaliento, decisión interior para sostenerse ante los vientos del mal que soplan sobre ellas y sobre sus hijos.
Sean para estos Niños y Niñas por nacer, en el mar turbulento de la vida, brújula que señale el norte en el sendero, muralla infranqueable que los proteja, escudo que los defienda de los dardos del maligno.
Conviértelas en testigos tuyos, defensoras decididas por la causa de la vida. Que es la causa de la nueva humanidad.
Sean portadoras de esperanza para una sociedad desesperada, ahogada por el mal y la muerte.
Que tu Espíritu las confirme en la fe recibida, se adhieran a ti como único Señor y te sirvan para prolongar tu obra en los hijos que les regalaste”.[1]
Así sea. 








[1] Encuentro celebrativo en el Día del Niño por Nacer 25 de marzo del año del Señor 2003. Arquidiócesis de Medellín. Secretariado para la familia.


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