martes, 12 de febrero de 2013

LA FAMILIA: DON Y COMPROMISO, ESPERANZA DE LA HUMANIDAD


Cardenal Alfonso López Trujillo
Presidente del Pontificio Consejo para la Familia

Introducción

Este tema, que expresa y condensa elementos fundamentales de la familia, abre la mente y el corazón a amplias perspectivas que parten de la seguridad de la presencia del Señor en medio de la Iglesia doméstica: "El Señor está en medio de vosotros", recordaba el Sucesor de Pedro en su carta a las Familias, Gratissimam sane (n. 18). Esta presencia del Señor, "Cabeza del cuerpo que es la Iglesia" (Ef. 5,23), y que colma los hogares de eminente energía (cf. Ef. 5,27), es la clave y razón de esa certidumbre que da consistencia a la esperanza en virtud de la cual se mira y se camina hacia el futuro que está en las manos de Dios, y que nos introduce dinámicamente en el Tercer Milenio. El Santo Padre, Juan Pablo II, ha expresado en la Carta Apostólica Tertio Millennio Adveniente: "Es por esto necesario que la preparación del Gran Jubileo pase, en cierto modo, a través de cada Familia" (n. 28). Y había expresado antes que el "futuro de la humanidad pasa a través de la familia" (FC 86).

El tema, que en algunos aspectos quisiera tan sólo abordar en forma introductoria, tiene una perspectiva cristológica que enriquece, la reflexión y la oración en este primer año del Trienio de la preparación al Jubileo del Año 2000, que tiene como tema "Jesucristo, único Salvador del mundo, ayer, hoy y siempre" (TMA 40).

El tema "La Familia: don y compromiso, esperanza de la humanidad", que nos proponemos comentar, será a la vez el del Encuentro mundial de las familias y del Congreso Teológico - Pastoral1.

El tema elegido se ubica en un momento histórico, después de la celebración del Año de la Familia, que ha permitido ponderar más profundamente las amplias posibilidades de la familia, así como los retos y las dificultades que enfrenta. El primer Congreso Teológico - pastoral, de octubre de 1994, en Roma, se centró sobre el tema: "La Familia: corazón de la civilización del amor". Las actas han sido publicadas.

En estos últimos años, en el mundo, han tenido lugar eventos de carácter internacional, convocados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y que podríamos enunciar en el itinerario que va de Río a Estambul, es decir, desde la Conferencia de Río de Janeiro sobre el medio ambiente, en 1992, pasando por la de El Cairo sobre Población y desarrollo, en 1994, por la de Pekín, sobre la mujer, en 1995, y que ha culminado con la Conferencia de Estambul sobre el Habitat, en 1996. Este año contó también con la celebración, en Roma, en la sede de la FAO, de la cumbre mundial sobre el hambre. Estos eventos políticos han estado de hecho, si no fuera dable hablar de una relación intencional, estrechamente ligados.

Conviene advertir que enfocamos la familia, fundada sobre el matrimonio, como institución natural, con sus fines y bienes específicos, célula primordial de la sociedad, cuya verdad está arraigada en el corazón y la experiencia de los pueblos, - hace por tanto parte de su patrimonio cultural -, realidad que se abre a todos los pueblos, de todos los siglos, a los creyentes y a los no-creyentes. Nuestra reflexión no se limita solamente a todo lo que es abordable por la razón, sino que, y de modo especial, tenemos bien presente la dimensión sacramental del matrimonio en la abundante riqueza que nos ofrece la fe. Es algo que el Concilio ha subrayado (cf. Gaudium et Spes 49).


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